Todos los miles Christi también nos ejercitamos en el trabajo manual, para imitar más a Jesucristo pobre, abnegado y humilde de corazón.
Construcciones, tareas de campo, uso de maquinarias y herramientas, son medios que nos ayudan a cultivar la laboriosidad, virtud humana que madura y templa el carácter, y nos hace abnegados y esforzados para toda empresa, principalmente la más difícil, que es la espiritual.
Buscamos abordar los trabajos “comenzando la obra resueltamente, atacándola de frente, llevándola con vigor, sin vacilación ni distracción” (Const. 13).